reflexiones

el primer dia de retorno a la escuela, con un compañero y gran amigo, mientras ibamos camino a la escuela charlamos mucho, charlabamos y nos sorprendiamos, mirabamos y observabamos con atencion, tratando de calibrar la mirada y el pensamiento al entorno en que estabamos inmersos gestando pequeñas reflexiones sobre el sitio en que nosotros, ahora, eramos participes con un pequeño gesto...

aqui les dejo la sinstesis de lo poco que charlamos durante ese instante pero que fue tan grande que nos supero su dimension casi inabarcable en la imediatez de la reflexion...

autor: marcos

Nuevas dimensiones

Desde la primera visita a la escuela notamos la mutación constante de un espacio que parece absorber estos cambios con bastante flexibilidad, pero quien controla esto? Este fue el primer pedido de los directivos y profesores de la escuela, mientras los alumnos no estaban muy enterados de lo que estábamos por hacer en su escuela. Este pedido de control nos pareció apropiado, ante lo que en cada vista veíamos.

Resolvimos el problema buscando espacios flexibles, que integren tanto a los profesores como a los alumnos, en un recinto donde el dialogo sea lo mas fluido posible. Un dialogo donde a los interlocutores, se debían sumarse: SU ESPACIO, LA NATURALEZA, SU CULTURA, buscando que todos lleguen a sentir la armonía del lugar y logren escucharse unos a otros.

En nuestro primer día de construcción, que para muchos es la primera vez que tenemos contacto con la escala real dentro de la facultad, fue muy interesante y comenzamos a percibir nuevas ópticas ya no dentro de la escuela sino desde el ingreso a alto verde.

Nos dimos cuenta que aun éramos extraños para la gente del lugar y que perciben muy bien cuando alguien irrumpe en su espacio…pero seguíamos siéndolo para los alumnos de la escuela. Vivían nuestro trabajo como algo ajeno, sin saber que era para ellos. Es un objeto extraño que les despertaba interés, quizás habíamos logrado no caer en el “mas de lo mismo”.

Pero lo más importante no es eso, sino que empezamos a ver cosas que antes no sentimos, nunca habíamos vivido “su” realidad desde tan cerca y las cosas empezaron a tomar otras dimensiones, otras distancias, vimos inocencia en los mas pequeños dentro de los jardines, madres haciendo guardia fuera, esperándolos, y alguno que otro muy chiquito que no sabíamos de donde salía ni mucho menos hacia donde se dirigía, pero siempre volvían a la escuela, y creo que acá si hay un punto fuerte:”Hay ganas de aprender”. Estamos frente a una sociedad que reacciona ante el minino indicio de modificar el desarrollo de su vida, esta llena de expectativas y desilusionada de tanto esperar promesas sin cumplir.

La inocencia de los chiquitos parece transformarse en rebeldía de adolecentes, que a veces perdura y hasta a veces empeora, pero otras los convierte en hombres dignos y con muchas ganas de aportar a su escuela de la infancia.

Personalmente, veo que el desorden del espacio es una cualidad y no un problema, pero que si merece ser intervenido. Las construcciones primitivas, hasta merecen ser llamadas arquitectura por los determinantes métodos que surgen producto del ingenio por no tener medios y un capital material y cultural que los guie.

Luego de largo tiempo de trabajo, ya casi un año, podemos calibrar nuestra mirada en una nueva dimensión, desde lo humano, desde las nuevas realidades que debemos incorporar a nosotros para poder hacer aportes útiles y sanos para un espacio tan sensible.

Ya empezamos a construir, pero también aprendimos mucho de ésta, que es para todos, “UNA GRAN EXPERIENCIA”.